Ing. Aschieri: “Lo importante es que se pueda consensuar y no avanzar con prohibiciones que generarán más problemas”

Días atrás, Pampa Gringa compartía la cobertura de la “41° Jornada sobre Buenas Prácticas de Aplicación de Productos Fitosanitarios” que se realizó en Rafaela. En la oportunidad, se concretó una demostración a campo de una aplicación de fitosanitarios terrestre y una aérea. Las conclusiones fueron que en la primera oportunidad, –a favor del viento- la deriva llegaba a los 10 metros y en la segunda a los 40 metros. El viento soplaba a 8 km/h, con ráfagas que llegaron a los 13 km/h. Las condiciones eran normales. Si se tiene en cuenta que la norma establece una zona buffer (amortiguamiento) de 200 metros “en la oportunidad, la deriva no llegó al 40%” de ese límite. Esto a favor del viento.

Al finalizar el evento, Pampa Gringa dialogó con el Ing. Oscar Aschieri, tesorero del Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Provincia de Santa Fe: “fue una jornada muy interesante. Lo más importante fue acercarle a la sociedad la realidad en la que uno trabaja diariamente. Y que conozca una de las actividades más visibles, más juzgadas y más temida en vivo y en directo” como es la aplicación de fitosanitarios. En la oportunidad, más allá de que se aplicó agua, se “respetaron todas las normativas vigentes” subrayó el profesional: “ahora lo importante es que se reúnan todas las partes, que se pueda consensuar y no avanzar con prohibiciones que generarán más problemas que soluciones. Tanto al sector productivo como a nivel social. Tanto en la ciudad como en los pueblos alrededor”

El encuentro se realizó en el marco del debate de un proyecto de ordenanza presentado por concejales del PJ en el cuerpo legislativo local. El mismo establece una prohibición de aplicación de 1000 metros del ejido urbano.

-Si avanza la prohibición, usted habla de consecuencias productivas pero también sociales. ¿Por qué?

-En muchos lugares, hay un pequeño productor que está dentro de la zona de prohibición total, no buffer (de amortiguamiento). Le pasa como a muchos sectores en la pandemia: le dicen ´usted cierra la persiana y no habrá nada que lo sustente´. Esta gente va a cerrar la producción, vende el campo o lo lotea. La última opción significa correr el problema otros metros más. En el caso de un productor grande, esta norma no lo sacaría de la producción. Deja esta unidad como alternativa y trabaja en otras unidades más alejadas. Esto termina en basural o en un lugar para las alimañas. Socialmente, se convertirá en un trastorno.

Para el especialista, el tema es logar que convivan “la producción y la sociedad, como cualquier otra industria”. Y agregó: “lo que es dudoso para la gente hay que demostrarle que se puede trabajar con seguridad. Para eso están los profesionales capacitados para dirigir y llevar adelante esas labores. Y consensuar ciertas medidas para no afectar a nadie”

Y fue más allá: “no hay que radicalizarse en las posturas y consensuar formas de trabajo. Hoy, la tecnología y el conocimiento científico –más allá de las interpretaciones- aseguran que hay formas seguras de utilizar los productos. Si no se usan de esa manera, pasa a ser peligroso. No es cuestión de distancia, sino de manera en que se usan”. En definitiva, buenas prácticas agropecuarias. Aschieri resaltó: “por otro lado, no se trata sólo de hacer las cosas bien. Hay que demostrarlo. Para eso es importante tener a alguien que sea veedor, juez. Muchas veces faltó esto en lo que llamamos periurbano, los primeros 500 o 1000 metros del radio de las localidades, de las escuelas rurales”

Y se detuvo en este punto: “en relación a las escuelas rurales. Están abiertas hasta las 17 horas de lunes a viernes. Siempre se pueden consensuar los momentos para realizar una tarea como ésta para que no haya problemas”. Hay momentos, y formas seguras de aplicación: “se puede aplicar un viernes, un sábado. Desde diciembre a marzo. Es un ejemplo. Pero de la misma se puede trabajar en todos los límites de las localidades”.

Ahora bien, “siempre debe estar presente el profesional habilitado para hacer estas tareas que es el agrónomo”. La ley provincial vigente –N° 11.273-  es la que lo habilita y la que norma lo que se debe hacer para que la actividad sea segura. “Un mismo profesional de una entidad pública –municipio, comuna- que controle que se cumplan las reglamentaciones. Se trata de trabajar más, no de prohibir”

Aschieri resaltó que en el debate sobre el tema de los límites periurbanos “cada vez se nos escucha más. Quizá, haciendo una mea culpa, nos faltó quizá difundir un poco más lo que estamos haciendo”.  Y agregó: “como Colegio Profesional, no tomamos una postura determinante hacia ninguno de los sectores. Creemos que, en algún momento, cada uno pudo haber hecho algo que no estaba bien. De lo contrario, no estaríamos en este punto donde llegamos”. En definitiva, “como profesionales, tenemos que mostrar las herramientas que existen para trabajar, hacer las cosas bien, no perder estas zonas productivas y que la sociedad no esté afectada”. La sociedad debe “confiar en nosotros. Somos los primeros expuestos y los primeros interesados en que se hagan las cosas bien”.

Las Buenas Prácticas Agropecuarias “empiezan cumpliendo las reglamentaciones que existen. Tenemos una muy buena ley, falta control por parte del Estado.

Por último, añadió: “espero que esto sirva para acercarnos, para tener una discusión fructífera. Que nos sirva a todos y que en un futuro no se tenga que radicalizar con una medida como la que se está proponiendo” en Rafaela