El drama de la sequía en primera persona: "Se están terminando las reservas"

El productor tambero Aníbal Paulón, asegura que está cada vez "más difícil seguir llevando la mochila". Desde Colonia Raquel, Víctor Perusia no recuerda una situación así: "Mi padre se remonta a 1968 cuando se llevaron tambos a Villa María, se largaba la hacienda a la calle o se cortaban los árboles para que la vaca se alimente

ENTREVISTAS 14/01/2023 REDACCIÓN REDACCIÓN
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Aníbal Paulón es productor de “La Campesina”, en el departamento San Cristóbal. Un tambo que ordeña 1400 litros por día en un campo de 150 hectáreas. Entrando al cuarto año de sequía, Paulón describe la situación por la que atraviesa: “La reserva se va terminando y no se puede hacer nueva: los maíces de primera que se pudieron sembrar, se perdieron. Estamos en la época de siembra de los maíces de segunda y sorgo, pero no se puede porque no están dadas las condiciones”. Por este motivo, asegura que los próximos meses serán muy complicados. A esto hay que agregarle que “los costos para el funcionamiento del tambo están por las nubes. Se torna cada vez más difícil seguir llevando esta mochila”.

Paulón asegura que se está pasando por un momento crítico “prácticamente se están terminando las reservas. Queda algo pero el silaje y el rollo, se terminó todo”.

En definitiva, se vienen meses oscuros. Sólo se espera que la lluvia llegue en estos días y que permita implantar. “Lo único que queda es esperar que caiga el milimetraje más acorde a lo que se necesita. No nos arregla una lluvia. Debe caer en varias etapas para que nos permita reacomodar de alguna manera las consecuencias de esta gran sequía”.

Pero los días pasan y la ventana de siembra se va terminando. “En esta época uno debe estar pensando en preparar para hacer algo de verdeo. Todo se junta en un cuello de botella”, lamenta.

El productor recuerda que la sequía de 2008 “también fue muy grande. La diferencia es que no fue tan larga”. Así y todo, en la zona aún se extrae “agua buena”, aunque las napas ya llegan a los 10 metros. La media anual de lluvias es de alrededor de 900 milímetros y se viene soportando una seguidilla de temporadas que no llega a 600. ”El año pasado cayeron más de 400 en los primeros tres meses y después se cortó. Sólo alguna lluviecita perdida”, señala.

A todo este panorama se le suman las heladas tardías. "No recuerdo que haya existido en la zona heladas de esa magnitud como las del 1 o 2 de noviembre del año pasado”, dice Paulón.

Comparativamente, la caída en la producción en el tambo está en un 25%. Si bien es normal por la época del año debido al stress calórico de los animales, se sumó también la falta de pasto. "Acá la alfalfa es lo que más viene. Pero en estos días de calor extremo, también se apoca. Al querer cuidar la poca reserva que queda, se complica aún más. Es toda una cadena de complicaciones”, reporta.

El fracaso de los cultivos
A 100 kilómetros al sur de La Campesina, está Colonia Raquel. Allí Victor Perusia realiza servicios de fertilización y pulverización. Recorre una amplia zona. Junto a su padre, trabajan 40 hectáreas en Humberto Primo con alfalfa. Hacen fardos y “alguna reserva para consumo de animales de corral propios”.

Perusia compara esta sequía con la de 1968, tal como se la contaba su padre: "En esa época, los tambos no daban más que 300 litros. Se llevaron 4 tambos a Villa María. Allá básicamente mezclaban cardo con alfalfa. Pero era algo, acá no había pastura. Se largaba la hacienda a la calle y se cortaban los árboles para que la vaca se alimente con la boca del paraíso. Hoy se hace más fácil transportar el forraje, comprar rollo. Antes no había nada de eso”.

Llegado el caso, se hará muy complicado conseguir el rollo: “La sequía está muy extendida. Aún en nuestra zona no es necesario adquirir rollos. Pero en la ruta se ven ir y venir los camiones cargados”, advierte.

Según cuenta, durante los primeros dos años de esta Niña, “la cuestión era más leve. Había un mejor promedio de lluvias. Además, la gente de tambo venía bien de reserva. Pero en el 2022 todo se agravó”, relata. En la zona lo que es trigo “fue un fracaso”. Las heladas tardías sumadas a la sequía formaron un combo letal “fundamentalmente para el girasol”. Los que apostaron al maíz “terminaron picando, haciendo rollos o silo”.

Para Perusia, que recorre la zona “lo más triste es que el productor volvió a apostar al sorgo, al maíz, a la soja y está malográndose todo otra vez”.

A esta situación, se suma la incertidumbre en el corto plazo: “De acá a quince días nada. Algunos estiran a febrero, otros a marzo. Si pasan 20 días sin llover, será un año de pérdida total”, vaticina Perusia que coincide con el análisis que hacía Paulón: “La situación por la que estamos atravesando ahora afectará muchísimo todo lo que sea reserva para invierno en los tambos”. Y sintetizó: “Como vienen las cosas, se viene un año muy crítico tanto para lechería como para agricultura”.

La falta de humedad en el ambiente es otro problema que vislumbra el productor de Colonia Raquel: “No llega al 30%. Están todos los canales, las lagunas, ríos y cunetas secos. Las napas en Raquel están normalmente a 6 metros. Estamos a 8 metros ahora”.

Y agrega: “No soy experto en el tema pero la gente mayor siempre advierte que cuando empiezan a bajar los ríos y las napas, se viene tiempo seco, al menos debajo de lo normal”. Con esto, evalúa que, al menos en dos meses la situación no se revertirá. Y si las lluvias empiezan en abril “será peor aún para el tambo. Puede ser que para la parte agrícola sea bueno para un trigo, para un girasol del año que viene. Pero para la pastura, necesítás más reserva aún. Con lluvias excesivas tenés rotura de callejón, no podés largar las vacas a la pradera normalmente”

Para finalizar, sintetizó: “Es un año complicado el que estamos empezando. Para nuestros servicios también. Trabajamos a cosecha. Será difícil la cobranza y habrá menos hectáreas para trabajar”.

FUENTE: AGROCLAVE

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