¿Cómo acercar el campo a la ciudad?

"Todos los que somos del campo lo tenemos que contar", destacó el economista Iván Ordoñez durante el Congreso de CARSFE.  "Debemos ser nosotros los protagonistas de la comunicación"

NOTICIAS 05/11/2020 REDACCIÓN REDACCIÓN
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ENCUESTA ¿Qué haría con el impuesto al campo? Durante el Congreso, el Lic. Iván Ordoñez mostró un trabajo de opinión que realizara junto a la consultora de Jorge Giacobbe en 2018, donde el productor tiene una imagen negativa en la sociedad,

El Lic. Iván Ordoñez abrió  una serie de disertaciones en lo que es el COngreso CARSFE 2020 "Tenemos que hablar" que comenzó este miércoles y continúa desde la hora 18 

El analista sectorial propuso “mirar el rol del campo con los ojos de lo urbano”. “Es clave entender que la argentina es una sociedad urbana”, con concentraciones principales en 33 ciudades del país, con el 50 por ciento del total de la población por debajo de la línea de la pobreza. 

Con algo más de nueve millones de asalariados, es destacable que el 14 por ciento de la población está “fundida con el mundo agrícola”, lindante de manera constante con el campo, mientras que el 40 por ciento de la población tiene una cercanía de importancia con los principales puntos productivos. 

De los diez distritos que más granos producen, ocho están en Córdoba, la provincia de donde surgieron los principales “movimientos pseudo ambientalistas, antiagro”, quizá por ser la provincia que más hectáreas sumó a la producción agrícola en las últimas décadas. “Alcanzaba con tantos testigos que un productor agrícola se equivocara para condenar a todo el campo”, explicó Ordoñez, destacando que la provincia tiene un “caso de éxito en cuanto al manejo de fitosanitarios. Hay construcción de un norte y de un trabajo colectivo para hacer las cosas mejor y comunicarlas, que también es importante”. 

En un trabajo de opinión que realizara junto a la consultora de Jorge Giacobbe en 2018, se demostró que el productor tiene una imagen negativa en la sociedad, sobre todo entre los menores de 30 años, mientras que se da el efecto contrario entre los trabajadores del campo. Consultando si se produce más quién se beneficia, en las ciudades se cree que el beneficio es sólo sectorial, además de tener una noción “ridícula” de creer que los productores son unos pocos. 

“Esto habla de nuestra incapacidad de contar lo que somos”, les dijo a los productores para invitarlos a pensar. “Los argentinos creen que el campo no es relevante en la generación de empleo, creyendo que genera menos puestos de trabajo que la industria y el comercio”, existiendo una “desconexión entre el agro y el país”. De manera directa el campo produce alrededor del ocho por ciento del empleo nacional, a lo que hay que sumar a la agroindustria que transforma las materias primas en alimentos, llegando a abarcar el 16 por ciento del total del empleo privado. 

“No hay ecosistemas de negocios que sean tan abarcativos en el empleo. Uno cada cinco empleos los genera el campo, es el 20 por ciento del total”, agregó llamando a entender que “somos socios del operador logístico, del gerente del banco, del camionero”, para que el productor se involucre de otra forma con el entorno, entendiendo su rol no desde el heroísmo, sino desde lo fundamental de la tarea cotidiana que no se hace desde lo individual. 

“La sociedad los condena a los fitosanitarios”, lo mismo pasa con la biotecnología vegetal, aunque con más aceptación, pero son temas en los que el campo siempre está en desventaja. 

El 66 por ciento de la población subiría los impuestos al campo, empezando por las retenciones y sólo el 32 por ciento tomaría la decisión contraria. 

“El trigo es bueno y es un alimento, la soja es mala y es un negocio. No hay que juzgar al encuestado, hay que entenderlo para cambiar su percepción sobre la realidad”, manifestó sobre la visión de la comunidad sobre el campo, advirtiendo que a la comunicación hay que gestarla con los ojos de quién la recibe para poder explicar cada uno de los prejuicios. 

“La mala comunicación no entiende al otro, le dice lo que tiene que hacer, o peor, lo que tiene que pensar”, por lo tanto en referencia a “los argentinos urbanos” hay que ser “claro, sencillo, directo, breve, contar con la experiencia del que hace”, que son todos detalles importantes a la hora de comunicar, apuntando siempre a generar empatías potentes, con información nueva, que inspira, que muestra lo que pasa. 

Ordoñez explicó que “debemos ser nosotros los protagonistas de la comunicación, todos los que somos del campo lo tenemos que contar, hay que contar una historia, con una foto no alcanza”, sabiendo siempre que “si no hay empatía no importan los datos”. 

Desmitificar 
El CPN Esteban Hernández, titular de la comisión de Comunicación de Carsfe e integrante de la Fundación Apertura tuvo a su cargo la tarea de explicar con datos oficiales algunos de los aspectos negativos afianzados en la consideración social y que no son de tal forma.  

Hay quienes conocen y valoran al campo, están los mal predispuestos con el sector y otro tercio logra entender las razones del campo al recibir datos y explicaciones del caso. Es sobre este último grupo que cada productor, que cada entidad debe entablar un vínculo, “sin agresión, pero tampoco evitando polémicas”, para que se desmitifique con argumentos la realidad del sector, la idiosincrasia, para mejorar el diálogo entre el campo y la ciudad, “hacia un gran acuerdo que nos permita construir una mejor sociedad”. 

Quienes no conocen al sector consideran que el campo es la oligarquía, sin embargo esa palabra se refiere a empresas cercanas al poder. Por el contrario, el campo aporta más de lo que recibe como beneficio. 

“El negocio agropecuario argentino, como en todo el mundo es de bajísima rentabilidad”, ya que según el Ministerio de Agricultura para este 2020 las ganancias del sector, previo a la quita de impuestos irá de -1 a 4 por ciento. Incluso hay una contracción en el valor del suelo. 

“La gente cree que nosotros cobramos en dólares” dijo Hernández, mientras recordó que el productor paga retenciones calculadas en dólares. También se cree que “nosotros especulamos con la cosecha”, mientras es algo habitual el hecho de vender la cosecha por etapas, como resguardo entre la sucesión de campañas. 

Se mencionó también que algunos creen que es el campo el que maneja el precio de los alimentos, lo cual está lejos de tener un impacto mayor al diez por ciento de la participación en el valor final de los productos, a partir de la materia prima, que es lo que aporta el productor, siendo los impuestos los que construyen el 40 por ciento de ese número final en las góndolas. “El campo contamina es otro de los mitos, aunque la mayor parte de las intoxicaciones son por uso de productos domiciliarios, según las estadísticas oficiales”, siendo que a partir de la aplicación responsable y la receta agronómica se ordena la actividad, siempre con el aval del trabajo de un profesional. 

El 30 por ciento de los productores que se perdieron en los últimos diez años fue por falta de rentabilidad, no sólo los pequeños, sino los grandes y medianos, que terminan derivando sus tierras a nuevos inversores, e incluso cediendo ante el avance de la mancha urbana. 

Hernández exclamó que como sector “debemos asumir el compromiso de producir alimentos para el mundo y baratos”, pero sin retirarse del debate que presenta la sociedad mirando al sector.  

Estratégico 
Como un invitado de último momento y anticipando el cierre de este jueves en el que tendrá un intercambio con el ministro de Agricultura, Luis Basterra, en su calidad  de presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes, habló de los “problemas del campo por falta de políticas y políticas equivocadas”. 

“Tenemos que tomar conciencia es que la imagen que nosotros damos, no es buena, no es nuevo, sino que creemos que somos un eslabón que no está conectado con el país. La comunicación es algo fundamental para conseguir logros que estamos necesitando hace mucho tiempo”. 

“Tenemos que hablarle al resto del país” dijo y agregó que se debe entender que “este problema que afrontamos es culpa nuestra, porque nunca supimos armar una estrategia en la cual ocupemos el lugar que tenemos”. 

Llamando a “cambiar el destino”, reconoció que “no puede ser que el sector que le da de comer al país no tenga una estrategia comunicacional, siendo un sector al que deberían todos hacer reverencia, en el buen sentido, sabiendo que son 40 mil millones de dólares los que se esperan de la próxima cosecha”, para evaluar la relevancia del sector, pero sin desconocer la responsabilidad interna de mejorar la imagen y la manera de contar lo que sucede, para mayor entendimiento que determine en la gestión de políticas adecuadas, un mayor ordenamiento gremial y un mejor vínculo con las comunidades. 

Fuente: Agrofy News

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