Lasorella: "No tenemos financiación"

Raúl Lasorella se desempeña desde hace más de 40 años en el sector de la producción porcina. En diálogo con Pampa Gringa, cuenta el proceso que experimentó el cerdo argentino en estas cuatro décadas, la realidad en el día de hoy y, por supuesto, el acuerdo con China…   

ENTREVISTAS 17/09/2020 REDACCIÓN REDACCIÓN
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RAUL LASORELLA "En 2005 no llegábamos al medio kilo per capita de consumo de carne fresca. Se consumían 7 kilos: casi todo era chacinado"

LA CHARLA CON PAMPA GRINGA

Raúl Lasorella se desempeña desde hace más de 40 años en el sector de la producción porcina. Ha visto -y ha sido protagonista- de cambios sustanciales y estratégicos. En un diálogo que mantuvo con Pampa Gringa, cuenta el proceso que experimentó el cerdo argentino en estas cuatro décadas. Habla sobre la realidad en el día de hoy (“estamos a mitad del camino"), sus desafíos y sus fuertes: "Hoy, técnicamente estamos muy bien, personal capacitado, tecnología, genética y nutrición de punta. Sabemos del manejo del medioambiente. Pero todo eso necesita dinero. Y lo que no tenemos es financiación". Por supuesto, el acuerdo con China estuvo presente…   

 Desde 1973 comenzó su carrera profesional en el sector. Primero como profesor de Zootecnia y Producción Animal I y Práctica en Porcino (lo que hoy sería ayudante de práctica). Luego se dedicó a la actividad privada, ligada a la industria láctea. En primer término, en la provincia de Córdoba “En aquellas épocas se utilizaba al cerdo como laboratorio de las empresas. Se filtraba el suero y se utilizaba como alimento y de esta manera disminuía su capacidad de contaminación”. En los 80 le proponen iniciar un proyecto de producción porcina confinada. “Algo que habíamos visto sólo en los libros. Acepté: era un gran desafío, una tecnología desconocida para nosotros”. Casi 40 años -hasta 2019- trabajó en Suc. de Alfredo Williner  S.A y Las TaperitasS.A. Fue gerente del área de Porcinos de la empresa láctea.

Desde el inicio, el desafío era cambiar un paradigma: “vamos a tratar de contar el camino que hemos recorrido para que aquella utopía que significaba en aquellos momentos se transforme en realidad: que esto se convierta en una producción en serio” así comenzaba la charla con Pampa Gringa.

Un poco con humor, un poco en serio, Lasorella cuenta “en esos días a los que nos dedicábamos al cerdo no nos querían ver ni pintados. Además del olor (risas), era una actividad que daba pérdida”

 

-Y cuándo ve que comienza a darse el cambio?

-En el 89 fue la gran crisis (hiperinflación). En el 93 comprendimos que cambiábamos o nos dedicábamos a otra cosa. Había que cambiar el sistema por uno más sustentable, que diera respuesta a la calidad. En esa época se importaba en grandes cantidades. Venía la carne de Dinamarca a u$s1 el kg. Nosotros la vendíamos a u$s 2 acá. Allí comenzamos a convertirnos junto a empresas dispuestas a apostar a esto. Llegamos a vender a U$S 0,45. Los inversores, los propietarios nos querían matar (risas). Y desde el 93 apostamos a la nueva tecnología, al nuevo sistema de confinado, a mayor productividad. Y nos dimos cuenta que no teníamos instituciones que nos defendieran. Había una asociación, pero era puntualmente de cabañeros. Soy socio fundador de GITEP (Grupo de Intercambio Tecnológico de Importación y Exportación Porcina) y de PORMAG (en lo relacionado a la comercialización). Sabíamos que teníamos que aunar fuerzas para ser más competitivos, tener más conocimiento. Fue un desafío que dio sus frutos. Y refundamos la Asociación de Criadores de Cerdos por la Asociación de Productores Porcinos.

En el 93 comprendimos que cambiábamos o nos dedicábamos a otra cosa. Había que cambiar el sistema por uno más sustentable, que diera respuesta a la calidad

Tuvimos que pelear contra las importaciones, las compensaciones, los derechos. Hoy estamos encaminados con la producción, con los cambios que hubo políticamente. Fuimos parte de las negociaciones por las retenciones. Estábamos quedando afuera de todo. Esto hizo que favoreciera al agregado de valor internamente. Esto hizo que el productor, el inversor viera que el camino era el agregado de valor en su producción agropecuaria. Y que el cerdo comenzaba a ser un negocio

 

-¿Y hubo un cambio en la mirada del consumidor argentino en estos años?

-No hay que olvidarse que para muchos estaba la creencia que “comer chancho” te traía problemas de hígado. Un mito muy instalado. Y había que sumarle una tradición en el consumo de carne vacuna. 

 El 2005 marcó otro hito en la producción porcina. Hasta ese momento casi todo lo que se producía iba  a la industria del chacinado. “Había un único precio y un único momento: el verano. Entonces el negocio se complicaba e ingresábamos a ese círculo: tres meses buenos y nueve malos” Fue allí que comenzaron con la venta de carne, tratando de desmitificar las ideas que podían existir. Apostando a “la calidad, la genética nueva que se había instalado desde el 93, de primer nivel mundial. En 2005 no llegábamos al medio kilo per capita de consumo de carne fresca. Se consumían 7 kilos: casi todo era chacinado. Fue mucho trabajar para llegar donde estamos hoy: estamos a  mitad de camino. Aún se puede seguir creciendo”.  

“Hoy tenemos un mercado nuevo, que es el de la exportación. En aquel entonces pensábamos...  (simula un diálogo entre dos personas). 

-¿A quién exportar?

-.A China.

-Pero entre todos los productores no podemos completar un contenedor

-Muchachos, no existen ustedes…

Hoy ha cambiado la situación

 

-¿Cuál es la realidad del mercado hoy?

-Hoy la Argentina está en alrededor de las 680 mil toneladas. Unas 6,8 millones de cabezas.

Y recordó que un tema que complicó al sector fue la reducción de la alícuota del IVA a la carne de cerdo (ocurrido a principio de 2018): del 21 al 10,5%: “se comenzó a tener un costo financiero muy alto” y explicó: “se creó un IVA técnico tan grande que económicamente la AFIP quedaba debiendo mucho dinero. Y eso había que financiarlo al banco con una tasa del 50%”

En los últimos 10 años “veníamos con un crecimiento del 10% anual promedio. Hoy, esto significaría que de las 300 mil madres, son 30 mil que crecemos en la producción, 

Hoy, técnicamente estamos muy bien, personal capacitado, tecnología, genética y nutrición de punta. Sabemos del manejo del medioambiente. Pero todo eso necesita dinero. Y lo que no tenemos es financiación. Este negocio requiere una alta inversión inicial y es de alto riesgo: una enfermedad te puede llevar todo, como pasó en otros países. 


El 2005 marcó otro hito en la producción porcina. Hasta ese momento casi todo lo que se producía iba  a la industria del chacinado.


Debo invertir de 7 a 9 mil dólares por hembra. Con 50 te fundís. Tenés que tener 500 madres y tienen que trabajar vos y tu familia entera porque de lo contrario no te dan los números.Es decir… ¿debo invertir u$s 4,5 millones y tengo que estar metido de cabeza 24 horas por día, los 365 días del año para sacar un sueldo? ¿Con 4,5 millones de dólares en mano en este país... qué hago? (risas)

 

-Queda otra pregunta que tiene que ver con el acuerdo que pretende firmar el Gobierno para exportar a China carne porcina ¿cuál es la visión que tiene de esto?

-En principio es una gran noticia. Si es que vamos a tener financiación, volvemos a lo que te comentaba recién. Si vienen a invertir empresas chinas que traerán todo desde allá  (equipamiento, etc). Si de la Argentina sólo se llevan el agua, el maíz y la soja  puestas en carne, le digo que no. No apoyo esa idea. Es estar regalando lo nuestro.

En los últimos 10 años veníamos con un crecimiento del 10% anual promedio. Hoy, técnicamente estamos muy bien, personal capacitado, tecnología, genética y nutrición de punta. Sabemos del manejo del medioambiente. Pero todo eso necesita dinero. Y lo que no tenemos es financiación

Ahora bien, si planteamos: hagamos una sociedad, nos van a financiar, se puede pagar con carne de cerdo producida: si me llevas la carne, cobrás. Eso sería excelente: nosotros crecemos, agregamos valor, el país necesita incorporar dólares. En 6 años duplicar la producción, es decir, exportar 900 mil toneladas de carne de cerdo y multiplicado a u$s 2500 o u$s 3000 (depende si es vendido por media res, corte, u otro agregado de valor) es sumamente interesante. Estamos hablando de u$s 3000 millones de dólares que estarían ingresando al país. Esto me entusiasma. Trato de que las autoridades trabajen esto para lograrlo. Tenemos conocimiento. Se habla de 12 mil madres. Bueno, charlemos: sabemos que en muchos lugares hubo problemas con semejante volumen de manejo. Acá lo podemos hacer de otra manera, dividiéndola. Dándole participación al productor más chico, con sus 200 hectáreas que le agregue valor al maíz, sorgo, soja. 


Fue mucho trabajar para llegar donde estamos hoy: estamos a  mitad de camino. Aún se puede seguir creciendo”.


Y esto lo tenemos que producir con una mentalidad nueva, que pide el mundo con una economía circular. Utilizar lo menos posible el agua, la energía, generar la menor cantidad de residuos (y que los reutilicemos). Si planteamos todo esto, no es descabellado para alguien que tiene 200 hectáreas. Se puede hacer en volúmenes razonables. No da escala si lo hacemos  de 200, 300 madres. Es un problema. Sï podemos hacerlo:  5 productores  juntos con 1000 madres en total . Y de allí, cada uno se lleva sus cerdos a sus 200 hectáreas para engordar. Estoy tratando de participar para que entiendan tanto los gobiernos como los legisladores: es importante la financiación. Estamos hablando de 30 mil cerdos, 3,6 millones kilos de carne porcina. Cada kilo se lleva dos kilos de maíz y 800 gramos de soja. Mirá si le agregamos valor a la soja, al maíz…   

Si vienen a invertir empresas chinas que traerán todo desde allá. Si de la Argentina sólo se llevan el agua, el maíz y la soja puestas en carne, le digo que no. Ahora bien, si planteamos: hagamos una sociedad, nos van a financiar, se puede pagar con carne de cerdo producida. Eso sería excelente

Por eso el Estado tiene que ayudar y financiar. Y le agregamos las instalaciones, mano de obra directa en la zona rural no en la ciudad. 

 

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