Biocombustibles: “No podemos regular un tema tan importante para el futuro de la Argentina en base a lo que pasa en la coyuntura”

Lo aseguró el diputado nacional Fabio Quetglas en diálogo con Pampa Gringa. Sin el corte, “las petroleras ganarían más de 200 millones de dólares mensuales” extras. Sobre la intervención en las exportaciones de carne señaló: “este tipo de medidas, han fracasado 10 veces en los últimos 100 años, ¿Por qué sería exitosa ahora?”

ENTREVISTAS 17/04/2021 REDACCIÓN REDACCIÓN
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Durante la semana que cerró, el Gobierno anunció una serie de medidas que apuntan a controlar las exportaciones de carne vacuna. Esto, como era de esperar, trajo una catarata de críticas del sector. Es que los recuerdos de los ROE, del doble botón, etc están muy frescos.  Y sus consecuencias aún estamos pagando entre todos.

Pampa Gringa dialogó con el diputado nacional Fabio Quetglas (UCR-JxC), miembro de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la cámara baja: “Argentina enfrenta este desafío de manera recurrente. El problema de precios internacionales que tracciona el sector vinculado al mercado externo y que comienza a aumentar –en el caso de la carne- la faena   con destino a exportación- y empuja a los precios, es una historia muy conocida”. Para Quetglas este tipo de intervenciones como el que propuso el Gobierno Nacional, “viene a interrumpir el circuito de inversión. Bajo la idea de que algunos de los costos asociados a la producción de carne son en pesos –más allá que muchos están con precios internacionales-. Sube el precio de la carne, tenemos que hacer algo, se interviene “. En definitiva, Argentina tiene dos caminos: “o permite a los productores -y a toda la cadena de valor de la carne-, capturar la rentabilidad que significa el proceso de inserción en los mercados internacionales, o vamos hacia un pobre desempeño internacional, en estos momentos donde está China como demandante brutal. Argentina tiene tradición, cadena de valor, frigoríficos, puertos, etc. Esta realidad podría constituir “una posibilidad de recomposición del sector”.

Y comparó: “hoy tenemos 55 millones de cabezas. En la década del ´60 teníamos 60 millones de cabezas”.  Estas cifras significan una caída de 3 cabezas por habitante a 1,2 cabezas/habitante. “Sería una gran oportunidad. Nos quejamos de la expansión del monocultivo de la soja. Y cuando hay rentabilidad en las producciones asociadas, producimos fenómenos como estos”.

“A todos nos gustaría vivir en un país donde se exporte mucho, haya rentabilidad, que la carne sea barata en el mercado interno y que el Estado recaude. A ese lugar podríamos llegar si tuviéramos la consistencia de Uruguay, por ejemplo. Durante una larga etapa conquistó y retuvo mercados. Esto implicó recapitalización de la producción-por ende más eficiencia-, que los frigoríficos funcionen con volumen. Los cortes tradicionalmente populares en la Argentina no tienen tanta demanda internacional”.

Y en este punto destacó “Es una medida en el peor de los sentidos. Lo más triste es que ha fracasado 10 veces en los últimos 100 años, ¿por qué ahora será exitosa?

Oportunidad para diversificar la mesa de los argentinos: “teníamos una gran oportunidad. A diferencia de los ´70, “donde el consumo de carne de pollo o cerdo era prácticamente insignificante. Donde plantear la diversificación de la dieta, incorporación de proteínas de origen vegetal era una quimera en un país que consumía 120 kg de carne. Hoy existe una conciencia más alta en la población –debería haberla en el gobierno- en los beneficios que podríamos tener en el consumo de más kilos per cápita/año de legumbres”.  Argentina debería estar entre el 3er o 4to lugar de los exportadores mundiales de carne por su tradición, disponibilidad e pastura y pradera. El gobierno tiene la brújula un tanto desenfocada”

Los motivos de esa mala escuadra: “hay cientos de miles productores ganaderos y hay 10 millones de consumidores de carne. Y en un entorno institucional democrático, la observancia de lo que pasa en la mesa de la mayoría, no es una tontería. A todos nos importa. Lo que pasa es que es mala la solución”.

Durante muchos años “Argentina lideró el ranking latinoamericano de infartos de miocardio. Fundamentalmente debido al consumo de carnes rojas. La mesa de los argentinos tenía problemas. Gobernar es enseñar, no es consolidar las malas prácticas existentes. Argentina y la carne están asociadas en el mundo. Y eso está bueno. Pero para eso necesitamos productores, no destruirlos. Ellos se organizan, conquistan mercados. Nosotros no podemos abortar ese proceso de expansión”.

Para finalizar con el tema, el legislador fue contundente: “en nombre de un par de meses de milanesas baratas, la consecuencia de recuperar el stock nos lleva años. Bajan los precios pero también la rentabilidad. Los que estaban instalando un feedlot, mejorando una pastura, incorporando genética, van a parar. Disminuye la tasa de preñez, se liquidan vientres para mantenerse. Y estamos en esa ciénaga”.  

 

BIOCOMBUSTIBLES

Otro de los temas que Pampa Gringa consultó a Quetglas tiene que ver con el debate sobre los biocombustibles. La prórroga de la ley vigente (N° 26.093), una nueva norma que estaría presentando el oficialismo. Para Quetglas lo más “sano” sería “prorrogar hasta fin de año la vigente y convocar a una comisión para que lleguemos a un acuerdo sobre la ley”.

Lo que pasa es que “en Argentina hay 14 millones de vehículos. Son 50 millones de tanques de naftas de 50 litros cada uno por mes: 2500 millones de litros. El 10% (el corte), 250 millones de litros. Estamos hablando de 200 millones de dólares por mes. Si mañana sacamos el corte, las petroleras facturan eso de más  

“Nosotros no podemos regular un tema tan importante para el futuro de la Argentina en base a lo que pasa en la coyuntura”. Y graficó: “hoy, el petróleo está a u$s 60 y los commodities agrarios están alto. Puede pasar que en 6 meses esto no ocurra. Entonces, puede ser que la tasa de sustitución entre biocombustible y combustibles fósiles quede más emparejada”. Es decir, esta realidad cambia permanentemente. Los expertos “recomiendan para un país como Argentina, tener una matriz energética diversificada. Hacia allí avanzaron países decididamente petroleros como Noruega. Hoy tiene gran parte renovables. ¿Por qué? Se puede terminar el recurso, pueden suscribirse acuerdos internacionales que cuestionen el uso de combustibles fósiles. Hay que estar preparados: tener recursos humanos, sistema de distribución y regulación adecuados”.

Para Quetglas la decisión de 2006 –cuando entra en vigencia la ley de fomento de biocombustibles- “también fue de coyuntura porque el petróleo estaba a u$s 130”. En definitiva “tenemos que tener una visión estratégica donde al biocombustible le toque un capítulo, a Vaca Muerta otro, a las renovables de origen no biológicos otro. Si vamos a legislar teniendo en cuenta que, si bajamos el corte, baja la nafta $0,04 mañana, estamos fritos”.

El proyecto que estaría elaborando el oficialismo (el santafesino Marcos Cleri, de estrecho vínculo con su jefe de bancada Máximo Kirchner) propone bajar el corte de 12% a 10% para el bioetanol y de 10% a 5% para el biodiesel. Según el portal econojournal.com, la iniciativa aclara que la autoridad de aplicación podrá disminuir esos porcentajes ante situaciones de incremento en los precios de los respectivos insumos básicos que distorsionen el precio en el surtidor o ante situaciones de escasez de oferta debidamente comprobada.

“En este tema se ve la misma improvisación que en otros. Me alegra que se pueda discutir en el Parlamento. Los productores, cuando tienen una norma clara, de aplicación relativamente automática, se acomodan a eso. Debemos brindar el marco institucional. Pero acá, al productor lo acomodamos para cierta tasa de corte, y parece que vamos a ser el primer país que va para atrás”.

Con respecto al proyecto que elaboró la Liga Bioenergéticas de Provincias (integra por las provincias productoras de biocombustibles) que busca avanzar paulatinamente en el porcentaje de cortes, Quetglas destacó: “es mejor” que el oficialista. “Está hecho desde los afectados. Nosotros debemos legislar para el bien público de la Nación. Creo que no está bien que un sector económico se caiga por una mala decisión política. Pero mi objetivo es que la Argentina tenga una buena matriz energética, que no sea impedimento para ingresar a mercados internacionales” cerró

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