Cardo ruso: un manejo para sacarle provecho y producir carne

El cardo ruso es una planta anual originaria de España que llegó a América con los conquistadores en 1492. Se adapta muy bien a zonas áridas o semiáridas

NOTICIAS 09/12/2020 REDACCIÓN REDACCIÓN
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El cardo ruso es una planta anual originaria de España que llegó a América con los conquistadores en 1492. Se adapta muy bien a zonas áridas o semiáridas, incluso, a suelos salinos y con grandes variaciones de pH o acidez (4.5 a 7.5) y de temperatura, aunque no soporta la sombra.

Es una planta erecta que pueda alcanzar hasta un metro de altura. Sus ramas son tiernas y de color verde fuerte cuando jóvenes y con la edad presentan entrenudos coloreados con estrías purpuras muy endurecidas. Las hojas son cilíndricas, algo más grandes en la base. A partir de los 25-30 cm de altura desarrolla un ápice espinoso o púa rica en "sílice" (semejante al vidrio), que lastima la boca de los animales. Sin embargo, la composición nutricional a lo largo de todo su ciclo vegetativo es excelente.

 

El cardo ruso florece entre diciembre y febrero. Sus flores son de color blanquecinas. Las semillas son extremadamente pequeñas (2 mm de diámetro). Una planta puede producir hasta un millón de semillas, como forma de perpetuarse. La resiembra es, significativamente, mayor cuando el suelo fue movido especialmente o provino de un rastrojo de cosecha. Los frutos tienen una especie de ala venosa y rígida en el exterior, que le permite diseminarse con el viento a grandes distancias y así distribuir las semillas.

Cuando la planta comienza a crecer y sus tejidos son tiernos y turgentes, se trata de una excelente verdura que puede comerse cruda o cocida igual que la espinaca. Pasado ese momento la planta se hace incomible. Las semillas pueden molerse para hacer harina. Entre Asia y África existen otras cinco especies con hojas comestibles de Salsola. Una de ellas produce un maná alimentario.

Pautas de manejo
La calidad del cardo ruso es altísima en los diferentes estados de madurez y, además, muy apetecida por los bovinos desde 3 a 25 cm de altura, semejante a la alfalfa pura, ray grass o cualquier cereal de invierno en el mejor estado fenológico.

Otra característica sobresaliente es el crecimiento "explosivo" que tiene durante los primeros 60-90 días de nacidas las semillas. Estos dos factores (alta calidad y elevadísima producción de forraje en los primeros estadios) definen un manejo diferencial que, en la medida que se pueda implementar, genera un máximo aprovechamiento y producción de carne.

Estas pautas de manejo se componen de dos elementos:

  •  Alta carga animal para aprovechar ese crecimiento exponencial de forraje, que a pesar de ella es muy posible que no alcancen los animales para poder frenarla.
  • Desmalezar las plantas con más de 25 cm de altura para atrasar su madurez y así prolongar su aprovechamiento y calidad. Por ello, se debe calcular cuál será el sector del potrero que no se llegará con los animales y pasar una desmalezadora con el objetivo de retrasar el avance de la madurez, es decir, modificar su fenología para aprovechar por más tiempo la calidad y consumo de ella.

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Indicadores de cardo ruso

Aplicando estas pautas de manejo, en todos los trabajos realizados en el sudoeste de Buenos Aires y La Pampa, el período de aprovechamiento y producción de carne se extendió desde comienzos de noviembre hasta febrero, inclusive.

Cómo toda planta naturalizada a las condiciones agroclimáticas, y más aquellas adaptadas a situaciones extremas como lo es el cardo ruso, tienen mecanismos biológicos para perpetuarse y sortear los peores ambientes ecológicos en forma exitosa para que la especie pueda perdurar en el tiempo y en diferentes sitios geográficos.

Entre estos mecanismos, además de la alta producción de semillas y que los animales no la consumen en avanzado estado de madurez, se destaca la presencia de algunos principios químicos que pueden ser tóxicos si no se manejan adecuadamente, como los nitratos y oxalatos.

Los primeros son comunes en un amplio espectro de especies (verdeos de invierno, gramíneas de alta calidad como el raigrás, etc.) y más si se cultivan en suelos fértiles o fertilizados con nitrógeno.

Sin embargo, los riesgos de intoxicación con rumiantes son muy bajos, siempre y cuando, se eviten pastoreos en días nublados y húmedos, con forraje tierno y más si los suelos son muy fértiles. Tan solo con esperar que las plantas evolucionen (maduren), aumentando la materia seca y los azúcares solubles (encañazón) esos peligros se eliminan totalmente.

Mientras que los oxalatos tienen un comportamiento diferente. Para evitar problemas con esta sustancia química, también existen pautas de manejos que reducen, casi en su totalidad, los riesgos de intoxicación. Esas pautas de manejo son:

  • No comer con vientres preñados o durante la etapa de lactancia (vacas o vaquillonas) porque los oxalatos "capturan" el calcio de la sangre para formar cristales de sales de oxalato de calcio, quedando este valioso mineral inutilizado para los animales, aun habiendo niveles adecuados de calcio en sangre y como estos vientres, en ese momento fisiológico, tienen altos requerimientos de calcio se puede producir una "hipocalcemia".
  •  Se deben ingresar los animales al potrero en forma paulatina. Los primeros tres o cuatro días deben comer 1 a 2 horas por día y el resto del día deben permanecer en otro potrero. Pasado esos primeros tres a cuatro días se puede incrementar el tiempo de pastoreo, monitoreando el estado de las heces (bostas).
  • Al comienzo serán "chirlas" o ligeras y a medida que los microorganismos del rumen se vayan adaptando a los nuevos niveles de oxalatos y, además, a los altos contenidos de proteína que caracteriza a este forraje las heces (bostas) se irán normalizando (endureciéndose). Cuando eso ocurre, entre 7 a 10 días de iniciados los pastoreos, se pueden dejar las 24 horas a los animales comiendo cardo ruso sin ningún peligro.
  • Gracias a los millones de microorganismos que habitan en el rumen (bacterias, protozoarios y hongos), cuando se los "acostumbra lentamente" a forrajes o alimentos que puedan tener algún compuesto químico de riesgo (niveles altos de potasio, oxalatos, nitratos, etc.), esos mismos microorganismos ruminales se encargan de "desactivar" a dichas sustancias, evitando de esa forma cualquier grado de intoxicación.
  • Entre los animales que pueden comer Cardo Ruso, sin ningún tipo de peligro, están todas las categorías de recría (terneros y vaquillonas) y las de engorde, tanto machos (novillitos y novillos) como hembras (vacas de descarte o vaquillonas para faena). Siempre previo un adecuado acostumbramiento como se mencionó más arriba.

En Guatraché, La Pampa
En el establecimiento El Carmel, situado en Guatraché, La Pampa, bajo la administración de Máximo Magadán (h) se evaluó el comportamiento productivo de 67 vaquillonas Angus durante 84 días. Se utilizó un potrero de 10 ha con abundante población de cardo ruso. La carga animal resultante fue 6.7 cabezas/ha Con el objetivo de hacer un seguimiento muy de cerca las pesadas fueron cada 15 días.

Si consideramos dos precios de la carne, alternativos, (1 o 2 US$/kg vivo), en función de las variaciones propias de los mercados, la ganancia neta puede variar entre 319 US$/ha (319 kg/ha x 1 US$/kg) a 638 US$/ha (319 kg/ha x 2 US$/kg).

En cualquiera de los casos, el resultado económico es producto de tres meses de pastoreo, solamente, y supera a la ganancia neta de muchos cultivos agrícolas, aún la soja en muchas regiones del país.

A partir de este trabajo y de otros realizados en la región del sudoeste de Buenos Aires y La Pampa, se puede concluir:

  •  El cardo ruso es una especie natural extraordinariamente adaptada a las peores condiciones ambientales (aridez, salinidad, etc.), donde son pocas las malezas (yuyos) que conviven en estos sitios.
  • ·        Es excelente tanto por los altísimos niveles de proteína bruta (16-22%) como de digestibilidad (80-82%) desde los 3 a 25 cm de altura. Permaneciendo estos altos valores (68-72% de digestibilidad) aún con una planta en avanzado estado de madurez, momento que los animales no lo pueden consumir porque les lastima la boca las púas de "sílice" que desarrollan en sus tallos.
  • Debido a que este forraje natural tiene un crecimiento "explosivo" entre noviembre a febrero, se debe utilizar una altísima carga animal (+5 vacas/ha) para detenerlo. A pesar de ello, siempre se escapa. De ahí, que además de alta carga, se debe cortar con una desmalezadora el cardo ruso que no se llegará a comer y así "retrasar" el avance de la madurez de la planta y con ella, la emisión de las "púas" para poder prolongar el pastoreo.
  • A pesar que en el ensayo exploratorio presentado tuvo algunas deficiencias de manejo, ya que no se pudo usar la desmalezadora por una rotura mecánica; los resultados productivos fueron excelentes.

La ganancia de peso, promedio, fue de 0.566 kg/vaquillona/día con una carga de 6 cabezas/ha y durante 84 días (menos de 3 meses) se produjo 319 kg de carne/ha. Resultados productivos que no se logran en esas zonas áridas o semiáridas en todo el año, y menos se consiguen con sorgos forrajeros ni con ningún otro forraje de verano o invierno.

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Comportamiento productivo que tuvieron las vaquillonas

Al ser un forraje natural no se debe gastar dinero para implantarlo (ni laboreos, ni semillas ni agroquímicos), a lo sumo se debe pasar una desmalezadora en determinado momento y superficie.

Por ende, el resultado económico es totalmente positivo, toda la carne que se produce es ganancia neta, que puede variar entre 319 a 638 US$/ha, de acuerdo al valor final del kilo de carne del mercado (1 o 2 US$/kg), como producto de casi tres meses de pastoreo solamente.

Y si a eso le agregamos que se puede reducir, significativamente, la superficie de sorgos forrajeros u otro cultivo de verano, ya que el cardo ruso abastece de forraje para varias categorías, la ganancia económica suma los ingresos por la carne producida (gracias al cardo ruso) más el dinero que se evita de gastar en el verano, al tener que sembrar menos superficie de sorgos u otros cultivos estivales.

Como dijo un productor amigo y padre del administrador de El Carmel, Sr. Máximo Magadán de Bordenave (Puán, Buenos Aires), para los sistemas ganaderos de las zonas áridas y semiáridas, estos forrajes naturales no son malezas sino buenezas.

El autor es nutricionista de INTA Bordenave Cerbas. [email protected] /[email protected]

Fuente: Aníbal Fernández Mayer – Diario La Nación

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