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Luego de un primer bimestre con fuerte caída en el nivel de faena, marzo y abril parecen estar encontrando un piso que tiende a estabilizarse en torno a los mínimos registrados en el año pasado.
De acuerdo a los datos proporcionados por la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (DNCCA), durante el mes de abril fueron faenados 1,041 millones bovino, un 9% (100 mil animales) menos que en marzo y un 5% por debajo de abril del año pasado. Sin embargo, si analizamos el nivel de actividad
independizándolo de la cantidad de días hábiles que integran cada uno de los períodos, se advierte cierta desaceleración de la caída.
Medido como promedio diario de faena, abril resulta ligeramente (-0,3%) inferior a la actividad registrada un año atrás mientras que marzo fue incluso levemente superior (+1,7%). Según mostrábamos en el Lote de Noticias anterior, en los últimos años se viene registrando una salida cada vez menor de terneros y terneras de los campos durante estos primeros cuatro meses del año, los cuales deberían involucrar gran parte de la zafra. En efecto, conforme a los datos proporcionados por el SENASA, de enero a abril de este año se
trasladó menos del 21% de los terneros en stock a inicios del ciclo mientras que, en promedio, en los cinco años previos el porcentaje de salida de los campos ascendía al 24,5%, con una tendencia clara decreciente desde el 27% registrado en 2017.
Esta tendencia que viene observándose de manera más marcada en los últimos y que se encuentra asociado a una mayor retención de esa invernada en los mismos campos con el objetivo de prolongar el período de recría, comienza a verse reflejada en los animales que arriban a faena.
Durante el primer cuatrimestre se faenó un total de 4.178.208 animales, un 2,3% menos que en igual período del año pasado. Sin embargo, dentro de esa faena se observan más novillos (+1,2%) y menos novillitos (-3,2%). Si bien la recuperación de esta categoría de machos es aún incipiente, considerando que años atrás
supo representar entre el 25% y el 30% de la faena total y ahora no llega a integrar siquiera el 10%, lentamente comienza a observarse un cambio de tendencia tras varios años en caída.
En la medida que una mayor proporción de animales permanezcan en los campos ganando kilos de desarrollo previo a la intensificación del engorde, más animales estarán en condiciones de llegar a la línea de faena como novillos. En contrapartida, la menor faena de animales livianos como novillitos (-3,2%) y vaquillonas (-4,9%) responde -especialmente en machos- al faltante que han estado registrando los feedlots
en los últimos meses. No obstante, esto también es algo que está cambiando a partir de la mejora
de los márgenes del engorde. De acuerdo a los datos aportados por la Cámara de Feedlots, a inicios de mayo los feedlots contaban con una ocupación promedio del 66%, 3 puntos más que los registrados el año pasado a esta fecha y en línea ya con la ocupación promedio. Esta recuperación de los encierres, a diferencia de lo
visto el año pasado, permitirá volcar al mercado un mayor volumen de hacienda terminada a inicios del segundo semestre, aunque la oferta total de animales durante todo este ciclo seguirá siendo escasa.
En 2020 la faena anual superó los 14 millones de animales. En 2021, la cifra por debajo de los 13 millones, registrando la faena más baja de los últimos 4 años. En estos cuatro primeros meses del año, la faena sigue marcando una caída (2,4%) aunque más moderada que la registrada a igual corte del año pasado (-4,5%).
Si bien la faena mensual es muy estable, tiende a marcar una ligera estacionalidad que se refleja en mayores tasas de actividad durante el segundo semestre de cada año. En efecto, si traducimos los datos históricos de faena en un índice de base=1, vemos que la dispersión mensual es muy baja pero claramente las faenas
del segundo semestre tienen a ubicase por encima de ese umbral de referencia mientras que, durante la primera mitad del año, se ubican por debajo.
Una proyección basada en el comportamiento estacional de la faena, partiendo de los datos reportados durante este primer cuatrimestre del año, sugieren una faena anual muy similar a la vista el año pasado, en torno los 12,9 millones de cabezas. A pesar de la similitud con los números de 2021, es importante destacar que el año pasado la faena rompió con su patrón estacional producto de las disrupciones generadas a raíz
del cierre de las exportaciones. Si bien hasta el primer cuatrimestre los números absolutos resultan comparables, las sucesivas faenas no lo son producto de la fuerte alteración que sufrió el mercado a partir de este hecho.
En definitiva, con una proyección de cantidad de animales llegando a faena nuevamente muy
restringida, el indicador clave vuelve a centrarse en los kilos que se logren producir. En sentido, también resulta interesante destacar que, pese a la leve disminución en el número de cabezas faenadas en lo que va
del año, la producción de carnes total fue de 958.000 toneladas equivalente carcasa, una cifra prácticamente igual a la lograda en el mismo período de 2021. Sucede que el peso de faena, ha comenzado a mejorar y este es un indicador muy positivo. En los primeros meses del año, el peso medio de la res alcanzó los 229 kilos equivalente carcasa, 3 kilos más que los logrados en igual período del año pasado y una de las categorías que más aportó a esta mejora fueron los novillos que pasaron de un promedio de 280kg la res con hueso en 2021 a 287kg actuales.
FUENTE: ROSGAN
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