
Este informe del INTA Rafaela analiza cómo dos estrategias de manejo impactaron en el rendimiento y la calidad del silaje en un contexto de condiciones climáticas adversas.
Una investigación realizada por especialistas del INTA, Universidades y una empresa privada, determinó que una buena nutrición biológica, sumado a otras prácticas de manejo agronómico, es fundamental para que la soja alcance su potencial productivo
NOTICIAS08/10/2020Conocida por su gran capacidad de adaptación a diversos ambientes, a lo largo de los años, la soja evolucionó y se consolidó en los sistemas agropecuarios del mundo gracias a la asociación mutualista, comúnmente simbiosis, que logró establecer con un grupo de bacterias del suelo que tiene la capacidad de tomar nitrógeno del aire, transformarlo y ponerlo a disposición de las raíces de la planta.
A este proceso para incorporar estas bacterias benéficas se lo conoce como inoculación y es tan importante para el desarrollo del cultivo que, es fundamental para que la oleaginosa pueda multiplicar la producción de granos.
Por esto, un equipo de investigadores del Grupo de Nutrición Biológica –integrado por especialistas del INTA, Universidades y privados– se enfocó en el estudio de los factores que influyen en la planta para que alcance su potencial productivo.
“El avance de la tecnología, sumado a la diversidad de condiciones para la producción de soja, derivó en una mayor y, cada vez más variada, disponibilidad de inoculantes y procedimientos que buscan aportar soluciones efectivas para su empleo en las condiciones reales de producción”, expresó Alejandro Perticari, especialista en manejo de cultivos de la Agencia de Extensión Rural del INTA en Concarán –San Luis–, quien agregó: “Nuestro estudio busca contribuir a un manejo más eficiente de la nutrición biológica nitrogenada para la producción de soja en ambientes argentinos”.
Si bien la inoculación es un aspecto importante, no es el único factor de relevancia para alcanzar el potencial productivo de cada variedad, según el ambiente. En este sentido, Perticari señaló que las prácticas de manejo agronómico, como elección de genotipos y de fecha de siembra, sumado a una adecuada protección y nutrición del cultivo resultan determinantes. “Se debe prestar especial atención a las condiciones del ambiente para que permitan una rápida germinación, emergencia e implantación”, recomendó.
“La inoculación de soja es una práctica agronómica de alto valor para el cultivo que muestra una alta adopción en los campos argentinos”, indicó el especialista del INTA quien puntualizó en la importancia de “utilizar inoculantes de calidad comprobada y con una composición acorde a las condiciones de aplicación, almacenamiento y siembra del cultivo”.
En este sentido, Perticari expresó: “Realizar un proceso de inoculación preciso y uniforme, permitirá que todas las semillas tratadas contengan una cantidad suficiente de rizobios para una nodulación adecuada”. Y agregó: “Es importante tratar semillas con alto poder germinativo y vigor”.
En cuanto a la fertilización del cultivo, el investigador del INTA consideró que para lograr una adecuada nutrición es necesario tener en cuenta elementos, como fósforo, azufre y otros que, potencialmente puedan limitar el normal crecimiento de la planta.
La inoculación de soja es una práctica agronómica de alto valor para el cultivo que muestra una alta adopción en los campos argentinos
“Al aumentar la disponibilidad de estos nutrientes, sin incluir nitrógeno, se mejora el crecimiento de las leguminosas y, en consecuencia, la formación de nódulos. De este modo, se obtiene una mayor eficiencia en el aporte directo de nitrógeno a las plantas”, detalló Perticari.
Una compilación de ensayos de inoculación realizados entre las campañas 2001/2 y 2018/19 con diferentes formulaciones comerciales de Bradyrhizobium japonicum (género de bacterias del suelo más utilizado), demostró que con la inoculación, en promedio para los 1143 casos estudiados los rendimientos de soja variaron entre 150 y 7067 kilos por hectárea, con un promedio de 3531 kilos.
La respuesta media a la fertilización fue de 370 kilos por hectárea en cultivos sin inocular, en comparación con los 740 kilos por hectáreas que sumaron los inoculados. “Estos resultados muestran la importancia del manejo integrado de la nutrición de soja para acompañar un mayor crecimiento y productividad”, detalló Perticari.
El rol de las bacterias del suelo
Los inoculantes son productos biológicos que contienen rizobios –bacterias del suelo–, cuya principal característica es la capacidad de transformar el nitrógeno del aire y ponerlo a disposición de las raíces de las leguminosas. Como resultado de la asociación que se da entre los rizobios y las raíces se forman unas estructuras conocidas como nódulos, donde ocurre la Fijación Biológica de Nitrógeno (FBN).
En la Argentina, la ausencia de las bacterias específicas capaces de establecer esa simbiosis con la planta de soja, como Bradyrhizobium japonicum, Bradyrhizobium elkanii o Bradyrhizobium diazoefficiens, desde los inicios del desarrollo del cultivo estuvo acompañado por la inoculación. El principio activo en un inoculante es la cepa específica que lo compone así por ejemplo para alfalfa son determinadas cepas, y en cambio para soja son otras.
En este sentido, la cepa de Bradyrhizobium japonicum seleccionada por INTA, hace ya 35 años, aún hoy es la referente para la producción de inoculantes. Dada su estabilidad ante diversas condiciones productivas, con alta capacidad para formar nódulos (infectividad) y para fijar nitrógeno del aire (efectividad).
Esto remarca la importancia de continuar con los adecuados procesos de selección que acompañen los avances en mejoramiento genético del cultivo y los nuevos eventos tecnológicos.
Este informe del INTA Rafaela analiza cómo dos estrategias de manejo impactaron en el rendimiento y la calidad del silaje en un contexto de condiciones climáticas adversas.
Cabañeros se reunieron con funcionarios nacionales y provinciales en la SRR. Se planteó un proyecto nacional para la mejora genética en el sector lechero.
Desde la Cámara de productores avícolas destacaron el consumo nacional, desbancando a la carne vacuna, pero aseguran que la infraestructura está al límite. "La salud de nuestras empresas depende de eso", cuestionaron.
En una entrevista que publica el portal Aire de Santa Fe, el coordinador de la Comisión de Lechería de Carsfe, Alfredo Trionfini, repasó los aspectos más destacados de los últimos meses para el sector. Planteó las prioridades en el futuro cercano.
Dos tambos de Villa María son los primeros en Argentina en implementar la norma Iram 14400, un sello de calidad que garantiza que realizan “Buenas prácticas para la producción lechera bovina”
En la Sociedad Rural de Rafaela, se hizo un encuentro encuentro de productores y profesionales orientado a motivar el desarrollo de la cadena ovina, como alternativa complementaria en los campos de esa región
Alejandro Coianiz, de la Cámara Avícola de Santa Fe, explicó que el reciente aumento en el precio del pollo responde a factores estacionales y no a la flexibilización del cepo al dólar.
El Gobierno de Santa Fe brinda una oferta de 26 herramientas crediticias con tasa subsidiada y devolución de hasta 36 meses. La demanda supera todo lo otorgado con respaldo provincial en 2024. Las líneas crediticias, detalladas una por una en este artículo
Se oficializó la medida que extiende el plazo desde el 1 de marzo hasta el 31 de agosto de 2025, incluyendo nuevas localidades y ampliando la cobertura en las regiones más perjudicadas por la sequía reinante. La medida -solicitada oportunamente por el Gobierno provincial- implica un alivio fiscal concreto para los productores afectados, que se suma a las acciones ya dispuestas por el gobierno santafesino.
El queso azul santafesino representa el 97 % de las exportaciones nacionales. El Gobierno Provincial encara diferentes acciones para una estrategia de promoción, desde lo productivo y lo turístico, en un trabajo conjunto del Estado y el sector privado, de cinco departamentos.
Son sectores más dinámicos que los de soja, maíz y trigo. Y ratifican el rol decisivo de la agroindustria provincial.