“Este convenio es un cambio de paradigma para nuestra ganadería”

Luego de dos años de gestiones y de conversaciones se firmó un convenio de colaboración entre la Asociación Argentina de Angus, la Sociedad Rural Argentina y la Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno Aberdeen Angus. El cabañero Ricardo Cantarelli fue uno de los mentores del acuerdo y en una charla exclusiva realizada con Damian Hinding en CAMPO total radio dio detalles de este trascendente paso para la ganadería argentina.
“Esto comenzó hace dos años y en 2020, a raíz de la pandemia, se hizo que todo fuera un poco más difícil por la imposibilidad de reunirnos y viajar. La Asociación Argentina de Angus, a través de su gerente, Javier Martínez del Valle, venía en conversaciones con la entidad española, y después yo empecé a intervenir. En esos viajes del año 2019 y las charlas de 2020 se fue gestando lo que ahora pudimos firmar. Hemos logrado algo consensuado para un crecimiento en conjunto”, indicó el abogado especialista en derecho agrario y titular de la cabaña La Argentina.

– ¿De qué se trata el convenio?
– El acuerdo es para exportar nuestros sistemas de registros genealógicos, los softwares argentinos ,los ADN del laboratoio y el programa ERA de la Angus. Porque más allá de los animales que se exportan a países limítrofes, del semen y embriones, que eso está buenísimo venderlo afuera, ahora vamos a exportar Agtech. Esto es un cambio de paradigma para la ganadería argentina, no sólo para la raza, porque van a ingresar muchos euros a la Sociedad Rural Argentina, y en menor medida a la Asociación Argentina de Angus. Todos sabemos lo costoso que es el tema de llevar el pédigree. Estos serán euros genuinos, divisas, que entrarán por conocimientos, por brindar un servicio.

– Se trata de un hito para la ganadería argentina.
– Es un logro a nivel institucional, porque competimos con cuatro entidades que hay en Europa que llevan los registros, entre ellas la Aberdeen Angus Cattle Society, que es la entidad madre del Angus, la histórica, la de Escocia, que es donde se hizo esta raza. Y se decidieron por nosotros. El convenio básicamente es con la Sociedad Rural Argentina porque es la que lleva los registros genealógicos, que ahora se los llevará también a una entidad europea, y a partir de eso llegará el reconocimiento internacional y las posibilidad de la apertura de fronteras para luego poder llevarle los mismos registros a otros países. Internacionalmente es el paso más importante que dio la Sociedad Rural a nivel registros.

– Este convenio es una muestra de que cuando se trabaja en equipo se pueden conseguir los objetivos.

– Sin dudas, y eso hay que dejarlo bien en claro. Esto no es un logro de Cantarelli ni de ningún otro nombre propio, sino que es el resultado de la colaboración de un gran equipo. Es un logro de las dos entidades involucradas, de la Rural y de la Angus, y pese a que yo soy crítico constructivo de ambas, con este acuerdo se ha elevado la vara de la ganadería argentina en un mundo globalizado. Es cierto que es un pequeño paso, porque España es un mercado mediano, en crecimiento, pero te abre las puertas de Europa.

– Es un reconocimiento al trabajo que hace la Sociedad Rural en el tema de los registros.
– Es así, por eso yo hablo de un logro institucional. El convenio, desde lo técnico, es muy complejo. Incluso todavía hay que implementar etapas, y fue fundamental la labor del ingeniero Gonzalo Vidal, que fue 10 años Jefe del Registro Genealógico de la Sociedad Rural, que estudió en dos universidades de Estados Unidos, y es la persona con más experiencia en registros genealógicos de la región. Y la Rural es la institución en el mundo que más registros tiene: ha hecho más de 10 millones de registros, en distintas especies.

– El convenio también generará un nicho de negocio.
– Sí, obviamente que todos los que somos cabañeros queremos vender toros, semen o embriones de nuestra vaca a Europa, y algunos lo estamos haciendo. Ese es el negocio de fondo. Pero lo que quiero destacar de esta firma es el valor de que entidades europeas reconozcan los programas genéticos de la Angus. Probablemente hagamos un puro controlado español, copiando el modelo argentino; o lo de la certificación de las carnes argentinas. En eso la Asociación nos va a brindar todo el apoyo y todo eso facilita a que uno exporte a mejor precio, más fácil, y con mayor demanda.

– También es trascendente el apoyo recibido de la Organización Mundial de la Sanidad Animal.
– Eso es muy importante. Los convenios están rubricados por el veterinario Luis Barcos, quien fuera varios años presidente del Senasa y desde hace mucho tiempo es el representante de la OIE en Sudamérica. Ese sustento nos da un espaldarazo para tener un apoyo político internacional, porque en el mundo de hoy hay muchos intereses. Por ejemplo, podés entrar con la genética a Canadá, pero no a Estados Unidos o México, algo que es inexplicable. De modo que este apoyo de la OIE también suma beneficios.

– ¿Cuáles son las características de la Asociación Española de Angus?

– Es bastante nueva, tiene apenas cinco años. El Angus en Europa, pero más que nada en la península Ibérica -en España y Portugal- comenzó su difusión hace poco. Entonces en esa etapa de organización es cuando ven que el modelo que más se adapta a ellos por idiosincrasia, por idioma, y también por nuestros viajes e impronta, es el argentino. Y esta rúbrica se dio, además, en el momento justo para ellos. Porque el 5 de enero les avisaron a todos los criadores españoles y europeos que llevan los registros con la asociación Escocesa, que por el tema del Brexit desde ese día no les llevaban ningún registro más. Todo ternero que no había sido declarado, se quedó sin papeles. Así que esto de la Sociedad Rural Argentina les vino como anillo al dedo.

– En lo personal este logro debe tener mucha carga sentimental por lo orgulloso que estarían el tío Pino y tu padre.
– Ni hablar, justo el lunes que viajé era el día del cumpleaños de mi tío Pino, que es un poco el responsable de que yo esté en todo esto. Mi viejo también pesó, pero por temas profesionales. Porque acá se me juntó mi pasión ganadera y mi profesión, que es la abogacía, el derecho agrario. Los contratos tuvieron mucho de eso, más allá del tema genético y de las vacas en sí, está la mirada internacional, porque al margen de las banderas políticas y las grietas, la clave para el campo es exportar y al mejor precio posible.